El I Foro de Bioeconomía de Castilla y León ofrece soluciones prácticas e innovadoras para extender la economía sostenible
El I Foro de Bioeconomía de Castilla y León se celebró los días 27 y 28 de octubre en Soria, debatiendo en torno a este concepto, pero mostrando también cómo llevar a la práctica los principios teóricos de la bioeconomía, un modelo que propugna un cambio de paradigma hacia estándares económicos y productivos basados en la sostenibilidad, la equidad, el aprovechamiento de los recursos y la recuperación del ámbito rural y sus valores.
Estos aspectos más prácticos se expusieron en la segunda de las jornadas, a través de cuatro talleres de innovación y buenas prácticas que mostraron los proyectos más interesantes desarrollados en cuatro pilares básicos de la bioeconomía: la bioenergía, la bioeconomía forestal, la bioeconomía circular y la bioeconomía agraria y agroalimentaria. Puedes consultar aquí las conclusiones técnicas del I Foro de Bioeconomía de Castilla y León.
El primero de estos talleres, el centrado en la bioenergía, puso sobre la mesa diferentes proyectos que tratan de superar la actual dependencia del gas mediante el impulso a otro tipo de vectores energéticos como el hidrógeno o el biometano. En este sentido, Dolores Hidalgo, directora del Área de Economía Circular del Centro Tecnológico Cartif, abogaba por la convivencia entre ambas materias primas, “que son perfectamente compatibles” y ha llamado la atención sobre una cuestión importante: “como investigadores, tenemos que hacer que estas soluciones sean económicamente rentables, porque esa será la garantía de su éxito”.
Por su parte, expertos en bioeconomía forestal y empresas del sector abordaron las cadenas de valor de diferentes recursos e iniciativas públicas y privadas que ya se están llevando a cabo con la mirada puesta en un modelo de bioeconomía que, en muchos de los casos, es ya una realidad. Así lo demuestran, por ejemplo, la labor de Rooteco, Luresa Resinas, Garnica o Grupo Losán.
También son realidad los proyectos relacionados con bioeconomía circular, en cuya mesa se reflexionó también sobre cómo gestionar lo que hasta ahora consideramos residuos para poder volver a integrarlos en la cadena productiva y generar, así, una economía regenerativa que nos ayude a luchar contra la sobreexplotación de ciertos recursos y la escasez de algunas de las materias primas empleadas hasta ahora. En este sentido, Jesús Vázquez, director de Programas de la Fundación Patrimonio Natural de Castilla y León, ponía el acento en el contrasentido que estamos viviendo: “Tenemos unas necesidades materiales muy importantes y al mismo tiempo tenemos una gran cantidad de materia orgánica que estamos tirando al vertedero. ¿Por qué tenemos que estar generando materiales nuevos cuando tenemos todo ese potencial que, además, en muchos casos proviene de fuentes finitas? Debemos ser capaces de utilizar los recursos endógenos renovables para mantener nuestro sistema productivo con el fin de superar esta contradicción y ofrecer respuestas a los problemas de hoy en día”.
Finalmente, el taller de buenas prácticas en materia de bioeconomía agraria y agroalimentaria dio a conocer diferentes iniciativas francamente innovadoras que buscan abordar la escasez de alimentos derivada del crecimiento poblacional mundial y el problema del impacto negativo que generan algunas prácticas frecuentes en nuestro sistema productivo alimentario actual. Estos proyectos rupturistas presentados apuestan por la utilización de las algas o los insectos como materias primas para la cadena productiva. Pero también empresas con solera, asentadas y exitosas, como Bodegas Matarromera y Pascual, pusieron de manifiesto cómo la industria tradicional se puede adaptar a los principios de la bioeconomía. Así, Jesús Cabezas, responsables de Calidad en Pascual, destacó que “integrar la bioeconomía es fundamental para alcanzar los objetivos medioambientales que nos va a marcar el Pacto Verde Europeo. En este sentido, queremos implementar sinergias entre empresas para aprovechar al máximo nuestros recursos porque, de esta manera, los flujos de salida de una empresa sirven como flujos de entrada para otras”.
Proyectos in situ
El amplio abanico de experiencias prácticas que los 250 participantes en el Foro pudieron descubrir durante la mañana de jueves vino a completar las que pudieron conocer, in situ, durante la tarde del miércoles. Así, se realizaron dos visitas diferentes a tres proyectos innovadores en la producción y uso de recursos naturales siguiendo los principios de la bioeconomía.
Uno de esos proyectos es el del Grupo Losán, en cuyo aserradero pudieron comprobar hasta qué punto es importante la digitalización para optimizar el aprovechamiento de los recursos disponibles.
De igual modo, en Red de Calor de Soria (REBI) descubrieron cómo modernizar un sistema de producción de calor que ya utilizaban los romanos basada en el calentamiento de agua, en este caso, a partir de biomasa, de astillas y restos de poda o procedentes de limpiezas forestales que, de otra manera, se desperdiciarían.
Finalmente, la última visita llevó a los participantes en el Foro hasta la Finca La Rasa, donde Grupo Nufri aglutina más de 1.000 hectáreas de cultivo de manzanas que cuentan con el sello de garantía de Tierra de Sabor por sus cualidades excepcionales, entre las que destacan su pulpa firme y sus niveles de azúcar, acidez y aromas. Allí, los asistentes pudieron comprobar el potencial de los cultivos sostenibles en la que es una de las mayores plantaciones de España.
Potencial desbloqueado
El director de la Oficina Regional del Mediterráneo del Instituto Forestal Europeo (EFI), Inazio Martínez, pronunció la conferencia de clausura y en ella reflexionó sobre por qué la bioeconomía no es negocio como los demás. “Más que un sector de la economía, la bioeconomía es una pieza de un puzle mayor que conduce hacia la transformación de la economía, ya que supone su biologización”. Asimismo, Martínez puso el acento en la necesidad de contar con las personas, que son quienes han de creer en este modelo, porque son quienes “han de tirar de ella”. En este sentido Martínez apuesta por invertir en comunicación y en que la bioeconomía genere confianza. “Si el consumidor no tiene confianza en ella, nada de todo esto funcionará”, ha sentenciado.
El director de Cesefor, Pablo Sabín, considera que el Foro ha sido un éxito y resalta que “ha servido para poner el foco en la oportunidad que supone para avanzar en el desarrollo de la región a través de la bioeconomía”. Asimismo, Sabín confía en que toda la información y las experiencias puestas de relieve en estos días sirvan para “iniciar un proceso de reflexión que permita elaborar una hoja de ruta clara para Castilla y León; una hoja de ruta clara y que integre, además, a todos los sectores, desde el energético hasta el forestal, pasando por el agrícola y el de agroalimentación. La unidad es fundamental para el éxito”.