COSE reivindica en Maderalia la figura del selvicultor activo
En el marco de la feria Maderalia, la gerente de la Confederación de Organizaciones de Selvicultores de España (COSE), Patricia Gómez Agrela, ofreció la conferencia Medidas para la dinamización de la gestión del monte: Fiscalidad y otros aspectos, en la que destacó la importancia de que la sociedad reconozca la labor de quienes gestionan estos territorios. Gómez Agrela señaló que, frente al agricultor y al ganadero, la figura del selvicultor sigue siendo la gran desconocida, y ofreció algunos datos que dan muestra de ello.
Siendo más del doble que los agricultores en número y ocupando el 67% de la superficie forestal española, esta palabra no se encuentra en la legislación española actual. “Carecemos de una definición para este colectivo de gran importancia por su labor de cuidar y mantener los montes a través de la gestión forestal que realizan –reclamó la ponente-. Nuestro lema es gestionar para conservar”.
“El sector forestal es estratégico, pues los montes pueden dar respuestas a muchas necesidades de la sociedad actual, como pueden ser el cambio climático, la sequía, los incendios y el despoblamiento rural. Somos la clave para generar economía en las zonas rurales pero, para ello, creemos que es necesario que se ponga en valor la figura del selvicultor activo, que se diseñen políticas con visión integradora del territorio y se apliquen medidas eficaces con dotación económica suficiente”, matizó la gerente de COSE.
Somos ricos en tierra y recursos. Con más de un 50% de territorio ocupado por el monte, España es un país forestal, pero ese enorme potencial está infrautilizado. Las existencias de madera en el monte aumentan por encima de los 50 millones de metros cúbicos por año y la superficie forestal avanza cada año en torno a las 190.000 hectáreas. Sin embargo, la madera no se corta y se acumula en nuestros montes, junto con otros muchos recursos. “Necesitamos políticas de compras responsable y medidas que promuevan el consumo de productos forestales provenientes de bosques gestionados de forma sostenible –afirmó Patricia Gómez-. Es mucho mejor comprar una silla de madera que una de plástico, por ejemplo, ya que si esa madera es local (recurso de proximidad) estamos contribuyendo a crear empleo en entornos rurales y dar un uso al monte, lo que evitaría su abandono (riesgo de incendios y plagas) y tendríamos masas forestales en mejor estado de conservación”.
Aprovechamiento sostenible: “Hay que dejar de ver el monte como un museo”
A su juicio “hay que dejar de ver el monte como un museo y descubrirlo como un motor económico y fuente de recursos gestionables (no se agotan porque se planifican y están en constante crecimiento)”. Muchos municipios forestales podrían obtener riqueza del aprovechamiento de sus montes. En Europa somos el segundo país con mayor superficie forestal sólo por detrás de Suecia. Sin embargo, “el nivel de aprovechamiento es muy inferior a la producción de nuestros montes y revertir esta tendencia es crucial para el medio rural”.
Por otra parte, los bosques juegan un papel relevante en la mitigación, adaptación y planificación de escenarios de futuro frente al cambio climático. Su capacidad como sumideros de carbono es esencial para la supervivencia del planeta.
Como fábrica de recursos renovables, es crucial para la descarbonización de la economía y para caminar hacia la bioeconomía; esa cuyos productos son de origen natural, e ir sustituyendo paulatinamente a los de origen fósil o altamente contaminantes en sus procesos de elaboración o transformación. En este sentido el aprovechamiento energético de la biomasa forestal es fundamental para disminuir la carga combustible de nuestros montes (hay un gran stock de carbono) y generar un desarrollo empresarial a la vez que prevenimos incendios. “La bioconstrucción nos ayudará a tener casas de madera más eficientes energéticamente, más cálidas y saludables que las construidas con cemento y ladrillo, que permitan nuevos diseños con menos impacto visual y ambiental”.
Fiscalidad ambiental y lucha contra el abandono de los montes
Los incentivos fiscales son la herramienta más eficaz para estimular una actividad y atraer inversiones, “por eso defendemos nuestra propuesta e implantación de deducciones en el Impuesto de Sociedades o en el IRPF para inversiones productivas o para actuaciones consideradas de interés general en los montes, de titulares de fincas forestales en estimación directa (siempre que se tenga en ambos casos un Instrumento de Planificación Forestal aprobado por la Administración competente en la materia), así como la eliminación de la exclusión del régimen de estimación objetiva en el IRPF para los propietarios forestales que realicen otras actividades económicas en régimen de estimación directa”, explicó Patricia Gómez.
El impacto económico que supondría para la administración pública la aplicación de estas medidas de bonificación sería un retorno positivo para las arcas públicas, vía ingresos de IRPF por las nuevas contrataciones, IS e IVA por incremento de facturación al generar más actividad, cotizaciones a la seguridad social y ahorro en prestaciones por desempleo.
Todo ello además de los beneficios ambientales generados para toda la sociedad, porque un bosque bien cuidado (que es lo que fomenta el paquete fiscal propuesto) reduce el riesgo de incendio y minimiza por tanto los costes económicos de extinción. Reduce también el riesgo de aparición de plagas y enfermedades, favorece en su entorno el desarrollo de actividades económicas complementarias a la forestal y también las explotaciones económicas alrededor suyo de carácter turístico (servicios de alojamiento, hostelería, y otras actividades turísticas accesorias), cuya recaudación fiscal se incrementará al hacerlo la actividad.
“El asociacionismo forestal es necesario para la vertebración del territorio forestal”, concluyó la gerente de COSE.